Cuando llegan estas fechas, no solo estamos pensando en las próximas fiestas navideñas, en las compras de esta época, sino también en como vamos a acabar el año en nuestras empresas, si vamos a conseguir nuestros objetivos y algo muy importante, si tenemos alguna opción de mejorar nuestras condiciones salariales para el año que está a punto de comenzar.
El dinero no lo es todo, pero sentir que estamos bien retribuidos y acorde a lo que aportamos es importante para todos nosotros.
La negociación de nuestros salarios es una parte muy relevante de nuestra vida profesional y muchos de nosotros nos olvidamos de ello o no le prestamos una atención adecuada.
Hay una diferencia importante cuando se va a negociar un salario que hay que considerar. No es lo mismo negociar un salario cuando uno está a punto de comenzar una nueva relación laboral, cuando a uno le ofrecen una nueva posición dentro de la compañía en la que trabajamos o cuando tenemos que renegociar nuestro salario desde la posición y trabajo que estamos realizando.
Cada una de ellas pueden tener una casuística variada y cada caso debe ser tratado de forma diferente, aunque no por ello dejan de tener todas y cada una de ellas características comunes que permiten tratar esta importante negociación bajo unas premisas y estrategias ganadoras a la hora de negociar nuestros salarios.
Una de las primeras cosas que nos ocurre cuando nos planteamos negociar nuestro salario actual o futuro es nuestro diálogo interno y como nuestras emociones condicionan nuestras decisiones y la forma en que abordamos este tipo de negociación.
También es cierto que no solo depende de nuestra propia situación, sino de qué tipo de compañía se trata. No es lo mismo una empresa familiar que una multinacional, no es lo mismo una gran empresa estructurada que una “start up”.
Para comenzar el proceso, lo primero que debemos tener son referencias que nos permitan definir un planteamiento coherente a nuestra presente o futura empresa. Esas referencias consisten en conocer que salarios paga el mercado para profesionales con una experiencia y similar a la que se exige en el puesto, que nivel de formación es requerido, cuántas personas van a depender directamente, qué lugar ocupa dicha posición en el organigrama de la empresa y todo ello en compañías similares en cuanto a la industria y tamaño.
Es bueno considerar un cierto grado de flexibilidad y ser creativos a la hora de entrar en un proceso de negociación de estas características, estando en disposición de prescindir de salario monetario por otros alternativos o en especie. Hay que mirar a largo plazo considerando nuestro potencial desarrollo en la empresa y no solo tener en cuenta el plazo inmediato. No hay que olvidar, que después de una negociación de esta naturaleza hay que continuar y mantener una relación equilibrada con nuestro empleador que también va a ser importante para nuestro futuro.
Por último, quiero recordar que el trabajo que tenemos o al que estamos aplicando, no va a ser el último de nuestra vida profesional, es más, éste será el que determinará en gran parte cuál será nuestro siguiente reto profesional. Si nuestra actitud cambia en este sentido, será el momento en que comenzaremos a ver nuevas oportunidades que nos conducirán a mejorar nuestra experiencia. Y ésta última será determinante para nuestro próximo trabajo y los siguientes.