El papel de las organizaciones privadas en el mundo es muy importante. Sobre todo, en el mundo industrializado. Los gobiernos no parece que están muy decididos a abordar el futuro del trabajo, las pensiones y otros asuntos de relevancia de modo directo. Es cierto que no es fácil, pero alguien tendrá que abordarlo finalmente.
Las empresas en las últimas décadas han abordado procesos de cambio y mejora, desde la revolución de la calidad pasando por el “Just inTime” hasta la gestión de proyectos. Más tarde comenzamos con el comercio electrónico, el medioambiente, la salud y así avanzando hasta nuestros días en los que estamos inmersos en un gran cambio tecnológico a una velocidad imparable en donde el Big Data, Blockchain, Metaverso, IoT pero también la sostenibilidad y la gobernanza y mucho más están siendo los protagonistas.
Pero sin duda alguna, en todos los cambios que se han ido produciendo a lo largo de los años ha habido realmente unos protagonistas.
¿Quiénes han sido?
Solo se puede responder a esto con mayúsculas: PERSONAS.
Hemos tenido organizaciones centradas en el beneficio única y exclusivamente, centradas en el cliente y ahora…., ¿están o estarán centradas en las personas?
Si queremos que los trabajadores vivan cada día ilusionados, necesitamos un alto grado de compromiso por su parte y para conseguirlo las empresas tienen que comprometerse más aún con ellos.
Comenzando con que las estrategias de ESG deben ser claras para sus empleados. Esto tendrá sin duda un claro y significante impacto en el éxito. Las nuevas generaciones están mucho más interesadas en trabajar para empresas sostenibles que pueden estarlo los baby boomers.
Una muy buena conexión entre la ESG y el propósito van a ser fundamentales y crear las razones fundamentales por las que los empleados acuden diariamente al trabajo, de forma presencial o virtual.
Así que entramos ya en esa parte más retadora de hacerlo todo realidad en las organizaciones.
Una de las claves, una vez establecidas unas bases como las mencionadas anteriormente, es el bienestar de los empleados en el trabajo. Bienestar que se puede mejorar con acciones tales como, no solo con el cumplimiento de las normativas vigentes, sino con la desconexión digital fuera del horario de trabajo, terapias de ayuda profesional, mindfulness, gestión de la nutrición, cuidado físico, formación y desarrollo continuo.
Una compañía con empleados felices y comprometidos puede incrementar sus ventas y productividad sustancialmente, lo cual contribuye a construir un entorno de trabajo de alto desempeño que mejora la calidad de vida para toda la personas de la organización.